Nuestra señora del Carmen o Virgen del Carmen, son 2 de las denominaciones más comunes para representar a “Santa María del Monte Carmelo”. Esto refleja a una de las diferentes advocaciones de la Virgen María.
Así mismo, su denominación tiene como procedencia la veneración en el “Monte Carmelo” (Tierra Santa, en la cercanía de Haifa). El nombre de “Carmen” o “Camelo” hacen referencia a la palabra del hebreo como “Al-Karem”.
De esta forma, dicha palabra es traducida como “Jardín de Dios”. Además, su veneración de su advocación dada fue transmitida en el mundo gracias a la “Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo”, mejor llamados como carmelitas.
¿Virgen del Carmen o Virgen María?
Se debe resaltar que La Virgen del Carmen es en realidad la Virgen María, siendo de esta forma la Madre de nuestro señor Jesús. Por lo tanto se le hace referencia como nuestra madre toda poderosa.
En tal sentido, cada una de las advocaciones que dicha virgen ha recibido, son un producto tanto del mensaje como del lugar que la misma nos ha traído.
Esto se debe, ya que en momentos de la historia la virgen se demuestra vestida de distintas formas. Razón por la cual se le conoce con distintas advocaciones o nombres. Además, de allí su principal nombre “Virgen del Carmen”.
La oración de la Virgen del Carmen
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.
Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).
Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.
¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.
Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Amén.